Sin que sepas de mi.
Cierra los ojos, imagina que no estoy aquÃ, piensa que el mayor de tus obstáculos no está más aquÃ, no estoy en Cancún, no estoy en...
Sin que sepas de mi.
Llevaba dÃas en mi autocompasión, pensando en que ya no habÃa nada que pudiera darme otro rumbo.
Hace 4,500 kilómetros que no te veo, pero el panorama ha empezado a mejorar.
Decir adiós no es fácil, pero puede curarte el alma.
Respira hondo y piensa donde quisieras estar.
Nunca es tarde. Siempre hay un momento que nos cambia la vida, una mirada, un golpe de suerte.
Felicidad.
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